2

El día que empecé a amar a los gatos

Nunca me han gustado los gatos, siempre me han parecido unos animalitos muy independientes, solitarios y egoístas que sólo se acercan zalameros a restregarse por tus piernas cuando tienen hambre o necesitan que les hagas mimos, y una vez que obtienen lo que quieren se largan satisfechos con la música a otra parte.
Por no hablar de los sustos que a veces te dan cuando de repente,  sin tú esperarlo,  dan un brinco para subirse al sofá,  a la mesa o a tu regazo.
Y las bolas de pelo… Menudas bolas de pelo que van soltando… Parece que estás en el Far West  y que son cómo esas grandes bolas de ramas que van cruzando las calles arrastradas por el viento.
Pero la otra noche empecé a amar a los gatos.
Fue el Viernes, hacía una mala noche, una noche invernal (ya era hora). Frío y una lluvia fina pero insistente de esa que parece que no moja pero que te cala hasta los huesos. Antes de irme a dormir decidí fumarme mi cigarrito de Buenas Noches asomada a la ventana. Fue entonces cuando al bajar la vista vi al lado de un coche aparcado dos gatos, uno negro y otro blanco con manchitas marrones pasando frío y mojándose. Estaban tumbados el uno al lado del otro, no se miraban, pero el gatito negro tenía puesta su patita encima del otro gato.

No se miraban, no se comunicaban (como quiera que se comuniquen los gatos), pero allí estaban uno al lado del otro dándose soporte.
Me recordaron a las personas, como cuando tienes un problema, y la persona que está a tu lado no sabe qué decirte, ni cómo consolarte, pero agarra tu mano como muestra de único consuelo y solidaridad, y con eso te basta porque hay veces que las palabras sobran.

Cerré la ventana, y me metí en la cama disfrutando del calor del hogar, un calor que muchos animalitos no disfrutan.
Ayer salí a la calle y me encontré al gatito blanco con manchitas marrones, le atraí hacia mí y le acaricié el lomo un ratito, mientras él se restregaba mimoso contra mi pierna.  Esta vez no me molestó.



P.D.: La foto la he cogido de Internet, pero viene más o menos a reflejar a los gatitos que yo vi esa noche.



2 comentarios:

Analía

Yo también tenía creado un preconcepto de los gatos, hasta que adopté uno, hoy vive con mi mamá, desde que me mudé....pero él me enseñó que mi preconcepto estaba totalmente equivocado. Son adorables, aunque tienen su caracter... Beso!!

camino roque

hay que conocerlos para aprender a quererlos.
pero esto es lo que pasa con casi todo, no?

Publicar un comentario

Siguiente Anterior Inicio

Frase Inspiradora

"Sólo aquellos que se arriesgan a ir más lejos podrán saber lo lejos que pueden llegar"