De lo pequeño y lo importante

En la vida te pueden pasar cosas realmente chulas que te hagan sentir muy feliz, como por ejemplo enamorarte, hacer un viaje a un lugar maravilloso y empaparte de él, que te toque la primitiva (¿por qué no?), poder trabajar en lo que siempre has soñado, pegarte un fiestón inolvidable... pero a veces enamorarse no es cosa fácil, el viaje inolvidable se hace esperar hasta verano, que te toque la primitiva es una posibilidad entre un millón, no todos tienen la suerte de poder dedicarse a lo que les gusta, y a veces lo que va a parecer un fiestón no pasa de una noche normalita.

 

 

 

 

 

 

 

Pero nos quedan los pequeños momentos, y es que si vivimos esperando ese "gran momento" pasaremos por alto esas pequeñas cosas que nos hacen sentir agustito (me encanta esta palabra).

Así que voy a intentar convertirme en una capturadora de pequeños momentos, porque sinceramente hay semanas que son una caca (por decirlo finamente) y si no fuera por esas cosillas buenas del día a día nos volveríamos locuelos.

 

Desde hace poco, un día a la semana voy a una cafetería y disfruto del mejor tiramisú que he probado en mi vida, acompañada de una revista de esas llena de cotilleos y argghs.

 

Foto real del tiramisú que me zampo.

 

 

Miro las cosas bonitas que hay a mi alrededor, y si tengo la cámara cerca las inmortalizo.

 

 

Camino por las calles de Valencia oliendo y sintiendo el aroma del azahar que ya nos envuelve.

 

 

Esta semana me autoregalé un masajito porque mi espalda lo necesitaba.

 







                                                            Ésta no soy yo. 

Y ahora voy a disfrutar de un plato de espaguettis a la carbonara con una Coca Cola bien fresquita. Y si luego me apetece me voy a echar un siesta, ¡Alé porque yo lo valgo, y al que no le guste que arree!

Que paséis un buen Domingo y lo disfrutéis que mañana ya es lunes!!