Llevo una semana de vacaciones y hoy ha sido el mejor día de toda esta semana.
Lo curioso es que no he hecho nada fuera de lo normal, no he salido ni tan siquiera de casa, pero me he sentido tan bien...
Estaba sola en casa y me he levantado tarde porque ayer me costó mucho dormirme, he desayunado y he arreglado un poquito la casa escuchando un poquito de música. Es una música que la verdad no sé cómo describir, creo que es hindú. Yo la llamo música para el alma, aunque no es una música que invite a tumbarte-relajarte-dormirte, es una música que hace que mi cuerpo se balancee con ella, es como si vibrara conmigo.
Después de comer me he ido a mi habitación y me he tumbado en la cama para leer un poquito. Eran las 16´00 de la tarde, en la calle reinaba el silencio, sólo se oía el cantar de los pájaros y la brisa veraniega haciendo bailar las hojas de los árboles.
El cielo azul, sin ninguna nube, como a mí me gusta.
Después de las últimas semanas de estrés en el trabajo antes de coger vacaciones y después de lo vivido por el incendio de mi pueblo, es el primer día en el que he sentido paz, silencio y tranquilidad.
Hoy ha desaparecido esa agitación interior que a veces supongo que todos tenemos sin saber demasiado bien porqué.
Hoy todo ha sido como el mar cuando está en calma.
Doy gracias por estos días en los que sin suceder nada extraordinario o especial son un bálsamo para el alma.
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