Y
de repente llegó él, y a los días de
llegar él llegó el primer piropo.
Y
aunque el chico en cuestión no me atraía, me halagó y me hizo sentir bien.
Hacía tiempo que no me
decían algo bonito, y que alguien lo hiciera, hizo que creyera con más firmeza que igual que apareció él de repente, podría
aparecer otra persona pero que esta vez
la persona en cuestión
sí que me importara y me atrajera.
Hubieron
más piropos y también algunas indirectas directas, a las que yo como respuesta me hacía la
loca.
Me
devolvió un poquito la autoestima, si es que algún día la perdí, hasta que un día
hablando conmigo se puso
a mirar de forma descarada el culo de otra chica. Le
hizo un repaso… y yo hablándole, y él mirándole el culo a otra. Fue
desagradable.
Ahí
supe que aunque ese chico no me gustaba, jamás me gustaría.
Todos
los hombres deberían saber que es de muy mal gusto mirar de forma lasciva a una
mujer cuando estás hablando con otra.
En vez de con un pan debajo del brazo,
deberían nacer con una cartilla escrita con muy buena caligrafía (para que lo entiendan) en
la que se les explicara todas estas cosas.
Ese
mismo día, convencida del tipo que era, me tomé la molestia de meterme en
Facebook (estaba algo
aburrida), inserté su nombre y apellidos y …. Tachán!!
Ahí aparecía él con su
novia, enamorada ella y
aparentemente enamorado él.
¿Pero
dónde cojoncillos están los HOMBRES? Y no digo hombres, digo HOMBRES, los de verdad.
En
fin …
2 comentarios:
Pues sí!! razón que tienes...
aunque no te fijes solo en las fotos (lo digo por los guaperas que has colgado en este post) que solo los conoces de vista, jejejeje
Ya... lo que pasa es que no me he podido resistir :)
Si luego son tan guapos por dentro como por fuera es para echar fuegos artificiales, hacerles la ola, y crearles un monumento conmemorativo (todo a la vez).
Besos!!
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